Auto-retrato
Nací un 25 del mes 11 del año 1981. Mi día de nacimiento tiene raíz cuadrada perfecta. La suma del día y el mes da como resultado 36, que también tiene raíz cuadrada perfecta; el año de mi nacimiento termina con 81 que tiene raíz cuadrada perfecta doble, ya que el resultado es 9, y este número también tiene raíz cuadrada perfecta que es 3, que por cierto es mi número favorito. Así empezó mi vida, puras casualidades matemáticas, como si el universo hubiese escrito ya los pasos de mi vida. No fue hasta el 1995 que llegué 8vo.grado en una escuela de New York, llamada PS 195: Roberto Clemente, que por alguna razón extraña empecé a tomar noción de las matemáticas; antes que eso, no recuerdo nada. Para ese entonces no entendía nada de matemáticas, recuerdo la envidia que sentía por un joven que era el mejor de la clase en esa materia, yo era un estudiante promedio, pero por lo menos de me gustaba el salón, tanto así que me pasaba la hora de almuerzo con Mr. Ortiz, que por cierto es puertorriqueño. Al día de hoy no recuerdo bien como me fue, pero no creo que hayan sido muy buenas las calificaciones. Llegó la High School, en la 84st. "Louis D. Brandeis" se llamaba. Allí conocí a Mr. Burgos, que es compatriota mío (Rep. Dominicana). En estas clases tampoco me iba muy bien, pero me gustaba. No sé por qué me gustaba algo que no entendía bien. Siempre hacía mis asignaciones pero a la hora de la prueba era todo muy diferente. Creo que pasé las dos matemáticas de ese año en B. Luego tomé otra matemática con una rusa llamada Ms. Losovkya. Esta clase era totalmente en inglés, yo aún no hablaba mucho ese idioma, pero increíblemente fue estudiante de honor en esa clase. Así empezó mi historia positiva en las matemáticas, por consiguiente, en mi profesión. Ya para el año 1998 me fui a vivir a la Rep. Dominicana, allá me bajaron un grado, iba para el tercer año y me enviaron al segundo. Con las matemáticas tuve algunos choques, porque la solución de ecuaciones y otras operaciones las realizaba de forma diferente a mi maestro actual. Así pasaron los tres años de secundaria en la Rep. Dominicana, sin dificultad. En poco tiempo comencé a dar tutorías en la misma escuela, sin cobrar, solo para aprender más y ayudar a los compañeros, esto que digo es cierto, me refiero a lo de aprender, porque en las tutorías el que más salía aprendiendo era yo. Llegó la universidad, empecé la carrera: Educación en Matemáticas y Físicas, en la Universidad Tecnológica de Santiago, República Dominicana. En la universidad empecé con el pies derecho, las dos primeras clases me fue excelente. La tercera matemáticas me dio un poco de problema, me vi en la obligación de repetirla en el próximo semestre. En esta ocasión aprobé casi con 100%. Las próximas clases serían redundantes si las menciono; excepto Cálculo I, tuve que convertirme en autodidacta en el primer mes, porque me inscribí bien tarde. Esta la aprobé bastante bien, dentro de lo que cabe, para un estudiante que no es un "estofón", "nerd", "cerebrito", entre otras denominaciones que se les da a esas personas, que dan más de lo que regularmente damos los demás. En esos tiempos ya era profesor de toras materias, en un colegio, y me moría de las ganas de enseñar matemáticas a los estudiantes; ellos solían decir que era mejor enseñando matemáticas. No sé si eran sinceros, o si era sólo para adular, prefiero creer que era por la última. Cuando finalmente me decido vivir en Puerto Rico, me inscribí en Administración de Empresas (grave error). A las dos semanas ya estaba donde debía: Educación Matemáticas para Secundaria. Cuando me gradué conseguí trabajo en un par de colegios. Para esta época me matriculé en una maestría que no me interesaba para nada, por lo que todo cayó en picada. Luego en otro colegio duré 3 años, y hasta el momento en una escuela pública de Trujillo Alto, donde llevo 4 años laborando y a mi juicio y según las evaluaciones internas y externas, mi ejecución es excelente, llevando la escuela por primera vez, a subir los porcientos de las Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico. Ahora, después de un matrimonio feliz, dos hijas y poco dinero, estoy cursando una maestría que sí me entusiasma, y me está apasionando cada día más, persiguiendo la meta de mejorar la condición económica de mi familia, y desarrollarme en la tecnología educativa y en el diseño instruccional. |
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